Biografía
Según su documento de identidad nació en Buenos Aires una siesta de marzo de un año de mundial y dictadura en Argentina, pero se siente santiagueña. Eso, porque a los 45 días ya vivía en un pueblo pequeño al este de Santiago del Estero, de dónde conserva los recuerdos de tortas de barro, los mates dulces con poleo de su tía Delia y, por supuesto, la tonada.
A los 17 años, se mudó a Tucumán para estudiar Derecho y entendió lo que significa la palabra extrañar. En el mismo mes en que se recibía de abogada (otra siesta de marzo) empezó a estudiar fotografía con una cámara Minolta de los 70´s. Su primer rollo de película blanco y negro lo reveló en el lavadero de la casa de una amiga y no paró más. Estudió con Pantoja, Varsanyi, Travnic, Miles, y también en la Facultad de Artes de Tucumán.
Su trabajo fotográfico más entrañable es “Zona desfavorable”, un relato de escuela rural, niñez y paisaje, que le permitió recorrer festivales de fotografía, publicar imágenes en libros y formar parte de una muestra sobre inclusión educativa en la Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Mar del Plata en 2010. Fantasea con que Cristina vio sus fotos.
La fotografía fue tomando su vida -o su vida fue tomando la fotografía- de tal manera que dejó el ejercicio del Derecho. Hoy es fotógrafa y laboratorista en un centro de CONICET, donde fundó el primer repositorio digital de fotografía científica obtenida con microscopios electrónicos.
Su segundo nombre es Aymará, así como la nación Aymara pero con acento en la última a. Tiene dos sobrinas, escucha Ramones, Raly Barrionuevo y la Mala Rodríguez. Tiene la capacidad de acordarse fechas y eventos a la perfección y por eso sus amigas le consultan cuándo fue que se pusieron de novias. Va al cine casi todos los domingos y, desde que superó su miedo al agua, ama nadar.