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Un niño se puso una pollera de su prima y supo que algo había cambiado. No es fácil descubrirse en la sociedad tucumana. Menos en una villa. Y mucho menos con hambre. Ahí comenzó a forjarse la Yaqui.
Un niño se puso una pollera de su prima y supo que algo había cambiado. No es fácil descubrirse en la sociedad tucumana. Menos en una villa. Y mucho menos con hambre. Ahí comenzó a forjarse la Yaqui.