Fabián Font

Biografía

Cuando empecé la fotografía lo hice por descarte, no tenía la “llama sagrada de los Font”. Tenía menos llama que un Majiclick.
Pero tenía curiosidad, curiosidad de sentir lo que a mi viejo lo convertía en otra persona, lo que mi viejo transformaba en fotos a través de una cámara.

Ahora a la distancia y con la cabeza revolucionada por la fotografía me doy cuenta que a lo único que nunca renuncié fue a fotografiar.

Lo hice por impulso, por ganas, por distracción, con odio, roto, loco, con la cabeza partida, enfermo, drogado, etc. Siempre lo hice. Es el ejercicio que me sostuvo en los peores momentos de mi vida.

Hoy estoy en unos de esos impases en donde uno ya juega parado en la cancha, con la cabeza levantada y sin correr, conservando el aire, estoy mirando.

Puedo ver y entender cosas que solo puedo lograr porque hace años me pregunte que quería hacer con mi fotografía, lo había hecho cuando me fui de La Gaceta, también cuando cerró El Periódico, pero nunca había sentido que no tenía herramientas para entender lo que quería decir en las fotos.

Me volví de Baires en el 2001 para ver morir a mi viejo, y ahí paso todo, al lado de él durante 9 meses y sin sacar una foto me di cuenta que tenía que meter data nueva.

Empecé a fotografiar resistencia. Ahí empecé a hacerle caso a las vísceras, no fotografié gente, ya lo hacía todo el tiempo en la Caja y en la Legislatura.

Después de estar al lado de un fotógrafo como mi viejo que miraba a través de La Gaceta entiendo porque el acto más significativo que hice a favor de mis fotos fue irme de ahí. No fue un acto heroico, me iba a un lugar a donde yo decidía como fotografiar. Lo que pasó después es lo mismo que pasa con esas empresas. Pero yo ya había salido de la Matrix.

Esa camiseta siempre me peso, yo nunca fotografié como mi viejo, siempre quise hacer algo distinto con lo poco que sabía.

Porque yo aprendí el “oficio de fotógrafo” con un artesano.

El cambio se empezó a gestar con la muerte de mi viejo, era como si ya podía ser yo, como si no debía demostrar que era digno de ser un Font Fotógrafo, entonces salí al nuevo mundo a fotografiar con otros ojos, con los de la sorpresa.

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